Presentación del cantante Ricardo Arjona . Ayer, en el Luna Park. Nuestra opinión: bueno Ricardo Arjona llegó, cantó y cumplió los deseos de sus seguidoras. Como se acostumbra decir ahora, hizo "vibrar" y "delirar" a su público con su fama de galán y sus canciones, en la primera presentación de la serie de treinta shows que dará hasta fines de octubre en Buenos Aires. Sin grandes despliegues escénicos ni instrumentales, durante poco más de dos horas paseó por los hitos de toda su discografía (aunque recurrió pocas veces a las creaciones más recientes), dio un espectáculo prolijo y ordenado y, excepto por un par de comentarios, no se extendió demasiado en discursos demagógicos. Sin embargo, incurrió en más de una obviedad: cuando habló de secuestros cantó dentro de una jaula, cuando presentó a los músicos vino el solo de batería y de percusión, cuando la balada fue melosa aparecieron el saxo y el chelo. Además, buscó entre el público a una cuarentona al momento de cantar "Señora de las cuatro décadas" para completar su artillería de lugares comunes. El reparto de bloques musicales fue eficaz para que el entretenimiento estuviera asegurado. Supo dosificar sus intereses y los de la audiencia. Hubo segmentos con las canciones de telenovelas, con las testimoniales, con las que fueron éxitos de difusión y con las preferidas de Arjona, aunque no siempre fueran las más irradiadas. De estas últimas surgieron otros momentos definidos como los "caprichitos" del anfitrión. Y también hubo alguna sorpresa que quedó reflejada en los bises, cuando lo visitaron dos músicos que cantan en la peatonal Florida. Vale preguntarse si entendido desde lo artístico su show no habría necesitado algunos temas más de su nueva producción discográfica. De hecho, el espectáculo se promociona como la presentación del CD Adentro . Pero las canciones de ese álbum no llegaron al 30 por ciento del repertorio. Apenas se escucharon "Iluso", "Pingüinos en la cama", "Para bien o para mal", "Acompáñame a estar solo" y "Mojado". El cantante evitó los riesgos, no llegó a exhibir aquello que podría generar cierto conflicto ("De vez en mes", tema que habla del período femenino) y alguna pieza que desentona del resto por lo divertida, como "No me importa nada", la crónica de una surrealista noche de copas con amigos entre exabruptos y borracheras. Arjona cuida a su público; hace un show correcto desde esa emisión segmentada de canciones. Pero antes de entrar en cada uno de aquellos bloques hay un detalle que no se debe dejar pasar por alto: el comienzo. Fue con un video del tema "Iluso". Es decir: con la historia de un perdedor, uno de esos personajes a los que Arjona les ha dado bastante de su inspiración y les debe parte considerable de su éxito. "Lo de hoy no es un concurso ni una competencia, sino un fenómeno que se da cuando los amigos tienen ganas de divertirse", dijo durante la primera pausa del show. "Yo pongo las canciones, algunas alegrías y melancolías [...] ustedes ya pusieron su presencia." Antes había pasado por "Para bien o para mal" y la "Historia de taxi", sobre un escenario ambientado como una sombría estación de subte, un andén ubicado en desnivel y pantallas para recrear el paso de los trenes cada tres o cuatro minutos. Eso sirvió para entretener la espera de quienes habían llegado temprano. Pasadas las 21.30, el protagonista entró caminando por una cinta transportadora, vestido con jeans y un piloto. Ya habían pasado algunos temas cuando ingresó en sus tandas temáticas. Así fue como sonaron "Desnuda" y "Por qué es tan cruel el amor", (cortina de telenovelas). Aunque el cambio no pareció abrupto, luego buscó el perfil testimonial de su obra con "La nena" que habla de un secuestro; "Mojado", que hace referencia a los indocumentados y luego "Si el Norte fuera el Sur". El momento de "los caprichitos" fue para esas canciones que son las favoritas de Arjona y que la audiencia no se privó de corear: "Lo poco que queda de mí" , "La receta" y "Quesos, cosas, casas". El tributo a las mujeres no podía faltar. Para eso habló de "la misma necedad histórica" de los hombres por pasarse toda la vida tratando de entender a las mujeres. "A las mujeres no hay que entenderlas sino quererlas", dijo antes de cantar "Dime que no", "Te conozco", "Señora de las cuatro décadas", "Cuándo" y "Tu reputación". Y para los romances y las traiciones eligió algunos duetos instrumentales recargados como preludio de "Tarde (sin daños a terceros)", "Se nos muere el amor" y "Pingüinos en la cama". Por último, las travesuras tal vez hayan sido esas fotos de grupitos de chicas que se vieron en las pantallas, seguramente las fans que tenían entradas sin numerar y que desde la mañana hicieron camping en la vereda del estadio para esperar que abrieran las puertas. Otra travesura del cantautor fue recordar la época en que tocaba a la gorra en la peatonal Florida, por eso invitó a dos músicos callejeros que lo acompañaron en "Animal nocturno". Y así se fue despidiendo de los bises con su fama de galán y las canciones que llegan del mejor modo al oído de un determinado público femenino. La combinación sigue siendo manejada por Arjona de la manera más eficaz.
Mauro Apicella
1 comentario:
Si hacen click en la tapa del Cd tienen las letras de las canciones.
Besos!!
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